Todos queremos dejar de fumar sin mono, sin la ansiedad que se produce en los primeros días por la cesación del consumo de tabaco. Este mono o síndrome de abstinencia se produce porque la forma más común de dejar de fumar es simplemente mediante «fuerza de voluntad» y ésta por sí sola no es suficiente para eliminar los efectos que se producen al dejar de fumar.
Cuando una persona lleva una serie de años fumando el consumo de nicotina es constante, el cuerpo lo asimila como algo ya periódico y el Sistema Nervioso Central se acostumbra a recibirlo cada ciertos minutos. La nicotina produce inicialmente una producción extra de hormonas como las endorfínas y la dopamina, cuando pasan unas semanas de ese consumo se genera un trastorno en el SNC y éste ya no produce naturalmente estas hormonas sino que sólo lo hace cuando percibe el consumo de la droga. De hecho, este es el mecanismo más común para el resto de los estupefacientes y drogas del mercado. La tolerancia nos lleva a un permanente déficit anímico y a un estado de dependencia.
Por una parte, tenemos la dependencia física al tabaco, sensación de vacío y de ansiedad que nos genera el dejar de consumir. Estos efectos pueden durar unos 3 días aproximadamente, tiempo que sólo dura la nicotina en eser eliminada al 90% de nuestro organismo, en un periodo de apenas unas semanas nuestro SNC volverá a funcionar correctamente y a producir las hormonas necesarias para estabilizar y equilibrar nuestro estado de animo.
Por otro lado, tenemos la dependencia psicológica. Esta varía según la persona y la forma de afrontar el proceso. Cuanto más nos demos cuenta que la nicotina es sólo una sustancia que nos provoca una ansiedad para luego disminuirla (que no eliminarla), antes saldremos de ese circulo de adicción. Hay que concienciarse de que ese malestar que nos produce es extra a los que ya nosotros de por si teníamos de base, por lo que tenemos que ser conscientes de que una vez dejamos de fumar la ansiedad que queda remanente no es el mono del tabaco sino fruto ya de nuestro carácter, personalidad o circunstancias en la vida. Y estas las tenemos que afrontar ya con otras herramientas.
Para dejar de fumar sin mono, es necesario tener fuerza de voluntad y llevar a cabo esta serie de acciones:
¡Ánimo! hay que intentarlo, quizá no lo consigas a la primera pero sí a la segunda o a la tercera y ganarás en salud.