La decisión de dejar el cigarrillo puede ayudarse con laserterapia, un método científico demostrado ya que funciona generando endorfinas y dopamina, hormonas necesarias para la estabilidad emocional.
Debemos de saber primero para qué fumamos y sustituir esa necesidad, descubrir qué es lo que nos atrae y entonces intentar focalizar nuestra atención en otra actividad. Con esta premisa evitaremos las recaídas que normalmente se sustentan en los puntos débiles de nuestras decisiones y llaman a nuestra puerta cada vez que nos surge algún acontecimiento imprevisto o incertidumbre.
Muchos fumadores lo enfocan defendiendo que sus valores en la vida no están coherentemente asociados a esta adicción y conllevan una fuerte frustración en su comportamiento, por lo que conviene liberase cuanto antes y pasar página de una forma decidida y radical. Si esa decisión no está suficientemente asentada, es fácil que nos vengamos abajo y volvamos. Para eso, hay herramientas que nos ayudaran a dar a la decisión un apoyo más global y holístico para que afrontarlo con más garantías.
Una vez tomada la decisión de dejar el cigarrillo hay que considerar también una serie de trucos que nos ayudarán, como es beber agua, estar distraído, dejar el café y poder hablar con amigos o personas cercanas. Es una decisión sana que no se debe demorar ya que la salud y la economía se resienten con cada momento que pasa. Los primeros días hay que huir de la euforia o de la tristeza desmedida entendiendo que los hechos cotidianos van a ser los mismos que antes y debemos afrontarlo.
Se pueden dar paseos, andar, apuntarse a actividades al aire libre y juntarlo todo en un pack que nos complemente, además evitaremos los mensajes contradictorios y los procesos mentales confusos que a veces desbaratan nuestras decisiones y menoscaban la autoestima.
Nos tenemos que tener a nosotros como ejemplo de comportamiento también así con nuestros hijos o demás familiares para crear una red de apoyo, enfocándonos a temas saludables y combatiendo diariamente la ansiedad o el desasosiego del día a día. No es una obligación, lo hacemos porque queremos y lo elegimos, sin más vueltas, el tabaco pasará pronto a ser el pasado y dejaremos de fumar con una actitud positiva y consecuente.